“AUTOCUIDADO EN LA VEJEZ”

Por clbustos. En 2011-06-14 00:02:11 -0700
“AUTOCUIDADO EN LA VEJEZ”

Mónica Minutti Urban, Anabel Zarco Ortiz
María Amparo Miranda
Universidad Bancaria de México
Psicología y Educación Integral A.C.


Resumen: El presente trabajo tiene como finalidad proporcionar a los ancianos una contextualización de los principales cambios que están experimentando en el plano físico, cognitivo, social y de personalidad, posterior a ello se hace una serie de recomendaciones para su autocuidado y reducir un deterioro patológico, es decir fuera de lo que se espera en esta etapa. Finalmente se recomienda la aceptación y el autocuidado para lograr transitar la etapa de la forma más autónoma y con mayor calidad posible.
Abstract: This paper aims to provide seniors with a contextualization of the major changes they are experiencing in the physical, cognitive, social and personality, this is done after a series of recommendations for self-care and reduce pathological deterioration , ie outside of what is expected in this phase. Finally we recommend the acceptance and self-care to achieve the stage move more independently and with greater quality



¿Qué conductas de auto cuidado debe tener el anciano, para evitar deterioros patológicos en esta etapa?

1. Concepto de Vejez
La vejez de acuerdo con Fernández (2006), es una etapa de la vida que comienza a partir de los 60 a 65 años de edad, y se caracteriza por un proceso de envejecimiento, que es el declive gradual del funcionamiento de todos los sistemas de nuestro cuerpo tanto biológicos, físicos, cognitivos y psicológicos; es decir, se inicia una involución que tiene el signo contrario a lo que llamamos desarrollo.
Algunos autores consideran su inicio a partir de los 60, otros de los 65 - 70 años; por su parte la Organización de las Naciones Unidas (2002), específica el comienzo a los 65 años en países desarrollados y 60 para los que están en vías de desarrollo, como es el caso de México.
Actualmente en nuestro país de acuerdo con el INEGI (2010), la esperanza de vida se encuentra a los 76 años de edad, situación que refleja un incremento considerable de acuerdo a los registros en años anteriores; de igual forma es importante considerar que según la pirámide poblacional la mayor parte de sus habitantes, se encuentra entre la edad 10 a 20 años; por lo que dentro de 50 años aproximadamente esta población se encontrará, justamente en la tercera edad; esta situación demanda prestar mayor atención a las necesidades que generará esta población en un futuro, para las cuales, posiblemente los gobiernos no se preparen adecuadamente; por lo tanto, es responsabilidad nuestra informarnos y prepararnos para vivirla dignamente en la medida de las posibilidades.
Las nuevas generaciones hemos restado valor al anciano, recordemos que en la época prehispánica los viejos eran los que gobernaban y debido a su amplia experiencia eran considerados “sabios”; ahora, debido a la actividad económica tanto de hombres como de mujeres y los cuidados que requieren por la perdida de habilidades físicas, cognitivas y sociales, llegamos a agredirlos emocionalmente considerándolos en algunos casos como una “carga de trabajo”; por otra parte, la “sabiduría” considerada anteriormente, hogaño son “ideas anticuadas” o “pasadas de moda”.
Por esta razón, hoy en día es de gran importancia reflexionar y revalorar la ancianidad pues es un periodo por el que cualquier ser humano con vida deberá transitar. Para ello, se hace necesario conocer: primero cuáles son los cambios que se enfrentan y segundo a partir de ellos identificar los principales auto cuidados que debe tener el senil hacia su persona durante este ciclo, para lograr una calidad de vida lo más autónoma en la medida de las posibilidades.
Para dar claridad al texto, se aborda en primer lugar los cambios que enfrenta el abuelo, en segundo las sugerencias de auto cuidado y en tercero algunas conclusiones.
2. Principales Alteraciones
2.1. Biológicas y Físicas
Con respecto a las primordiales alteraciones que enfrenta el adulto mayor, se pueden mencionar las biológicas, las físicas, las cognitivas, las emocionales y finalmente las sociales.
De las biológicas existen distintas teorías que intentan explicar el proceso de declive, entre las cuales de acuerdo con Fernández (2005), se encuentran: la teoría de la herencia, el envejecimiento celular, los deshechos o escoria metabólica, la autoinmunidad, el desequilibrio homeostático y la mutación por mencionar algunas. Su influencia se explica de la siguiente forma:
La teoría de la herencia: tiene en cuenta que el ciclo vital es determinado por características genéticas y es de esperar que niños de abuelos y padres saludables hereden esa condición. El envejecimiento celular: considera que algunas células del cuerpo no se reproducen entre sí; por lo tanto, la senectud esta programada por la capacidad limitada de las células para reemplazarse. Los desechos o escoria metabólica: estima que la decrepitud es ocasionada por la acumulación de sustancias nocivas en el interior de diversas células del cuerpo, interfiriendo en el funcionamiento normal de tejidos, produciendo pérdida de elasticidad y deterioro en las funciones de los órganos. La autoinmunidad: se da cuando el sistema inmunológico del cuerpo rechaza sus propios tejidos por medio de la producción de anticuerpos autoinmunes que desencadena su autodestrucción. El desequilibrio homeostático: es la incapacidad gradual del cuerpo para mantener su propio equilibrio fisiológico vital, como por ejemplo mantener el nivel apropiado de azúcar en la sangre. Y la mutación: acontece cuando con la edad las células desarrollan transformaciones, y los órganos compuestos por dichas células se vuelven ineficaces y senescentes (Fernández, 2005).
Como resultado de las modificaciones biológicas se desprenden una serie de transformaciones físicas que experimenta la persona de la tercera edad como: la declinación de funciones sensoriales por ejemplo los ojos disminuyen la capacidad para enfocar y la miopía se estabiliza, el oído pierde audición, por su parte, la cavidad oral que esta conformada por órganos que participan en el proceso de alimentación como son: labios, dientes y paladar, entre otros, con la edad se modifica el esmalte del diente y se desgasta, las encías se deterioran exponiéndose las raíces dentales y en ocasiones hay pérdida de la propia dentadura, se presenta disminución de la saliva, lo que demora el acto de comer ya que hace que el adulto mayor requiera de más tiempo para preparar el bolo alimenticio y tragárselo, así mismo hay deterioro de la sensibilidad gustativa. Las permutas sensoriales generan disminución en la percepción y a su vez deficiencia en el procesamiento de la información (Izquierdo, 2005).
De igual forma se da la aparición de canas, calvicie, cambios morfológicos cardiovasculares y disminuye la capacidad de bombeo en la sangre.
Experimenta cambios patológicos estructurales del aparato respiratorio, muscular, óseo, digestivo y genito-urinario.
Por ejemplo, los huesos se debilitan y quiebran fácilmente especialmente en las mujeres. La reducción del contenido total de agua en el cuerpo debilita el funcionamiento renal, suscitando disminución de la sensibilidad a la sed, alteraciones en la secreción y respuesta a la hormona antidiurética; éste hecho, junto a la limitación para la retención del sodio facilita la deshidratación en los ancianos, sobre todo ante situaciones de estrés Navalón (1998).
Con respecto al sistema inmunológico que descuida su capacidad de vigilancia y defensa, lo que le ocasiona al viejo un aumento de la tasa de auto anticuerpos circulantes y mayor facilidad para adquirir enfermedades infecciosas, tumorales, y autoinmunes.

El aparato circulatorio, por su parte sufre alteraciones mecánicas (alargamiento de la sístole) y funcionales (disminución de la respuesta por los receptores adrenérgicos) provocando una limitación para alcanzar altas durante el ejercicio y el mantenimiento de un volumen por minuto adecuado (Martínez, 2006).
Izquierdo (2005) menciona que el adulto mayor presenta también, pérdida de elasticidad del tejido pulmonar y disminución de la capacidad vital y aparentemente una gripe o resfriado sin importancia pueden ocasionar una insuficiencia respiratoria aguda con retención de secreciones.
Con respecto al envejecimiento cerebral, se genera una reducción del peso y volumen cerebral progresivo afectando algunas funciones cognitiva.
En lo referente a los cambios en la sexualidad tenemos que con la edad por lo general disminuye el deseo sexual, pues las hormonas como testosterona y estrógenos se reproducen en menor medida, la eyaculación pierde fuerza y tarda más el hombre en reponerse del esfuerzo sexual, por su parte la mujer pierde lubricación, en ambos sexos el vello púbico disminuye y el área genital pierde firmeza; por estas razones los contactos sexuales se modifican y se realzan otros aspectos del encuentro como las caricias, la ternura y la delicadeza (UNIACC, 2005).
En cuanto a su rendimiento motor resalta el hecho de que se ve afectado por el aumento del tiempo de reacción, deterioro de equilibrio y peor coordinación motora, desgaste de articulaciones y mayor propensión a los accidentes, de ahí la importancia de la actividad física durante esta etapa y las anteriores, debido a que el arrastre de los pies en lugar de levantarlos adecuadamente trae como consecuencia algunas caídas que provocan fracturas de caderas, muñeca y costillas, pérdida de confianza, temor a caídas futuras y dependencia de otras personas para caminar.
Como consecuencias de estas variaciones físicas podríamos explicar el porque del temor y miedo que experimenta el ser humano al tener que enfrentar el avejentamiento y la muerte, puesto que durante esta etapa sobresalen lo negativo sobre lo positivo, o sobresalta lo que se carece por encima de lo que se ha ganado con el tiempo y que enriquece al hombre al llegar a esta edad.
Otro de los cambios que experimenta el viejo son los cognitivos, pero ¿qué es la cognición? La cognición son los procesos mentales que lleva a cabo el ser humano, para comprender, relacionar y modificar la información que recibe a través de sus sentidos, primero es captada, almacenada, analizada, elaborada y, finalmente, responde a esa información.
2.2. Alteraciones Cognitivas
¿Qué funciones cognitivas cambian con el paso del tiempo y cuáles permanecen estables?
Antes de responder a la pregunta es importante comunicar que no existen patrones generales en el declive del desarrollo humano, por lo que pueden hallarse diferencias individuales según la herencia genética, la estimulación, el estilo de vida y la salud de cada persona.
Sin embargo, de forma general se presentan algunas situaciones como que las neuronas que son el soporte del Sistema Nervioso Central mueren por algún daño, enfermedad o falta de uso, situación que origina que durante el proceso de envejecimiento se produzca un enlentecimiento y una menor eficiencia del funcionamiento cognitivo, debido a los cambios previos en el desarrollo físico y biológico. Por lo tanto, como resultado el adulto mayor tarda más en responder a la información que recibe en comparación con el más joven, sobre todo cuando las tareas que se le demandan requieren muchos recursos atencionales.
Sin embargo; existen algunos proceso que a pesar de los años permanecen estables como los es: la Inteligencia práctica: relacionada con las tareas necesarias para una vida autónoma, por ejemplo, la interpretación de mapas, planes de viaje, instrucciones de las recetas médicas o la declaración de la renta. (razón: relativamente sencillas); puede presentarse un descenso: en caso de demencia. La Sabiduría: entendida como el conocimiento experto en las cuestiones vitales; es decir, los ancianos tienen mejores estrategias ante las consecuencias de una toma de decisiones, estableciendo prioridades, reconoce las inseguridades de la vida para poder salvarlas. Se equiparan a los jóvenes en la solución de problemas, a base de la sabiduría. En la Memoria procedimental: dirigida a aprender y recordar habilidades cognitivas o motoras, como conducir un coche, contar, deletrear o leer, poseen un fuerte componente de automatismos y no exigen recordar explícitamente el momento en que fueron adquiridas.
En cuanto a la memoria de acuerdo con Fernández (2002), no existen cambios en los procesos implícitos como por ejemplo: en la Memoria semántica: que se refiere a la capacidad de poder recordar un conocimiento objetivo. Esto quizá se deba al hecho de que hablando de conocimientos generales, si no se recuerda un término o una palabra, siempre puede ser sustituida por otra; algo imposible, al tratarse de los nombres de las personas. La Memoria autobiográfica: atañe a los recuerdos de los acontecimientos vividos. Es típico que las personas mayores recuerden con exactitud las circunstancias de su niñez que para ellas permanecen intactas. Generalmente, suelen ser acontecimientos muy concretos y marcados. Llama la atención que los recuerdos más frecuentes estén datados entre los 10 y los 30 años. Quizá estos recuerdos están unidos a contenidos emocionales. En este caso, tanto los jóvenes como los mayores recuerdan las cosas menor facilidad, cuanto más distanciadas están en el tiempo.
Con respecto al Aprendizaje las personas mayores pueden aprender con éxito diversas habilidades, pero deben dedicar a ello más tiempo, quizá por una escasa formación anterior. Los Aprendizajes verbales: como la adquisición de un nuevo idioma o de nuevas asociaciones entre nombres y rostros, se detecta que los ancianos asocian, por ejemplo, los pares de palabras, pero con un mas esfuerzo y un tiempo más lento. También aparece la importancia de las condiciones del propio contexto del aprendizaje.
Ahora revisemos los procesos cognitivos que si presentan mutaciones en este tramo de la vida. Estos se muestran para iniciar en las cinco capacidades primarias de la inteligencia (pensamiento inductivo, orientación espacial, habilidad numérica, capacidad verbal y fluidez verbal). Así mismo en la Memoria que es la premisa central para formarse la identidad y la autonomía; se exterioriza al memorizar, almacenar y recordar informaciones y experiencias. Existen distintos tipos de memorias y entre las que aquí nos interesan se encuentra la Memoria primaria: es cuando intenta recordar las informaciones presentadas de una vez. El hecho de su limitada capacidad explica por qué se recuerdan mejor las últimas palabras escuchadas de una lista y no las primeras. Así mismos la Memoria de trabajo: que es la necesaria para recordar y elaborar simultáneamente las informaciones. En la práctica, esto quiere decir que no existiría ningún problema con el aumento de la edad para recordar un número de teléfono; pero si se tratase de tener presente ese número y a la vez elaborar simultáneamente otras informaciones, la edad podría ser determinante. En cuanto a la memoria episódica que le concierne la capacidad de recordar los acontecimientos autobiográficos recientes también presentan algunas dificultades. Por su parte la memoria espacial presenta diferencias, cuando se habla de entornos no familiares hay mayor facilidad para recordar cuando son habituales. Por último esta la memoria prospectiva; es decir, la capacidad de recordar que uno debe poner en práctica lo que tenía intención de hacer, esto se convierte en uno de los problemas diarios más comunes durante la longevidad; por tal razón según lo expuesto se demuestra que, hay indicios de un receso de la memoria prospectiva en la vejez (Kliegel y Martin, 2003).
Así también es necesario hablar de la inteligencia entendida como la capacidad de adaptación al medio o como el conjunto de competencias que permiten resolver problemas contextualmente relevantes, es también el producto interactivo entre factores biológicos y ambientales. ¿Qué cambios se producen en el funcionamiento intelectual?
En cuanto a la Inteligencia biológica, también llamada fluida, que aglutina aptitudes como la velocidad perceptiva, la fluidez verbal, el razonamiento o la aptitud espacial, ésta se desarrolla exponencialmente en las primeras etapas de la vida para declinar muy tempranamente, a partir de los 30 años. Y con respecto a la Inteligencia cultural o también llamada inteligencia cristalizada, que abarca aptitudes de información, comprensión, vocabulario, etc., una vez alcanzada una cierta meseta, se mantiene constante o, incluso, puede ser incrementada hasta edades avanzadas de la vida de ahí la “sabiduría” que caracteriza a los adultos mayores.

2.3. Alteraciones Sociales
Las relaciones sociales e interpersonales en la tercera edad es acogido por mucha gente desde una perspectiva negativa.
Siguiendo el modelo la Teoría de la Desvinculación que propone Meléndez (1999) el cual sostiene: “las personas, se retiran de la sociedad por la ruptura de las relaciones sociales, por el cese de las funciones y por una reducción del compromiso con las normas y valores” pág. 117
Esa ruptura en lo que respecta a las relaciones sociales, está determinada por la conjunción de una serie de factores tales como: el alejamiento de las relaciones personales establecidas en el trabajo (con la pérdida del rol laboral), la carencia afectiva percibida en cuanto a la relación con los hijos (nido vacío) y la escasez en lo que se refiere a las relaciones con parientes y amigos que se van dejando por el camino como consecuencia de la distancia o la muerte.
Implica una transición negativa hacia la soledad y el desconcierto, de tal manera que para su adecuada adaptación las personas deberán reestructurar muchas de sus rutinas diarias y reorientar sus estructuras cognitivas y conductuales hacia patrones diferentes de comportamiento para una mejor integración y socialización en la etapa que están viviendo.
Puede existir una alta satisfacción que vaya unida a escasos contactos sociales, lo cual aparece como una forma de reacción a determinadas situaciones de sobrecarga.
Si una vez finalizada la adaptación del sujeto a la nueva situación se produce un buen ajuste, se puede observar una renovada vinculación social, por tanto, la cuestión de la desvinculación social sólo sería temporal, no extendiéndose durante toda la vejez.
La calidad del apoyo social según Melèndez (1999), representa un indicador más claro de la satisfacción vital que la cantidad de apoyo social, éste es más eficaz en momentos de crisis que el de cantidad. El efecto de un apoyo negativo es, por desgracia, claramente más fuerte (al menos estadísticamente hablando) que el efecto del apoyo positivo.
La tendencia de las personas mayores a convertirse en más introvertidas, esto es dado por dos causas: primero el estrés de los últimos años, siendo la introversión el resultado de la desesperación y de la depresión; y por otra es, primordialmente, la consecuencia del reconocimiento de la riqueza del mundo interior (sabiduría), y de la reducida necesidad de responder a las demandas sociales mediante el éxito y la participación (Meléndez, 1999).
Pero una vez asimilada y aceptada restablecen y fortalecen relaciones tanto en el ámbito personal, social y familiar.

2.4. Alteraciones en la Personalidad

El siguiente aspecto de variación es el desarrollo de la personalidad y social para explicarlo se retoma la teoría del desarrollo psicosocial de Erickson (1998) el cual postulaba la existencia de ocho fases de desarrollo que se extendían a lo largo de todo el ciclo vital. Nuestros progresos a través de cada estadio están determinados en parte por nuestros éxitos o por los fracasos en los estadios precedentes.
Cada fase comprende ciertas tareas o funciones que son psicosociales por naturaleza, Erikson (1998) les llama crisis y establece muy claramente que debemos aprender que existe un balance. Ciertamente, debemos aprender más sobre la confianza, pero también necesitamos aprender algo de desconfianza de manera que no nos convirtamos en adultos estúpidos.
Cada faceta tiene un periodo óptimo, es inútil empujar demasiado rápido a un niño a la adultez, cosa muy común entre personas obsesionadas con el éxito. No es posible bajar el ritmo o intentar proteger a nuestros niños de las demandas de la vida. Existe un tiempo para cada función. Si pasamos bien por un ciclo, llevamos con nosotros ciertas virtudes o fuerzas psicosociales que nos ayudarán en el resto de los estadios de nuestra vida. Por el contrario, si no nos va tan bien, podremos desarrollar mal adaptaciones o malignidades, así como poner en peligro nuestro crecimiento faltante. De las dos anteriores, la malignidad es menos benéfica, ya que comprende mucho de los aspectos negativos de la tarea o función y muy poco de los aspectos positivos de la misma, tal y como presentan las personas desconfiadas. La maladaptación no es tan mala y comprende más aspectos positivos que negativos de la tarea, como las personas que confían demasiado (Bordigon, 2005)
La última etapa es dedicada a la adultez tardía, madurez o vejez, es bueno llegar a esta etapa y si no lo logramos es que existieron algunos problemas anteriores que retrasaron nuestro desarrollo. La tarea primordial aquí es lograr una integridad con un mínimo de desesperanza. Esta etapa parece ser la más difícil de todas, al menos desde un punto de vista juvenil. Primero ocurre un distanciamiento social, desde un sentimiento de inutilidad; todo esto evidentemente en el marco de nuestra sociedad. Algunos se jubilan de trabajos que han tenido durante muchos años; otros perciben que su tarea como padres ya ha finalizado y la mayoría creen que sus aportes ya no son necesarios (Bordigon, 2005).
Además existe un sentido de inutilidad biológica, debido a que el cuerpo ya no responde como antes. Las mujeres pasan por la menopausia, algunas de forma dramática. Los hombres creen que ya “no dan la talla”. Surgen enfermedades de la vejez como artritis, diabetes, problemas cardíacos, problemas relacionados con el pecho y ovarios y cánceres de próstata. Empiezan los miedos a cuestiones que uno no había temido nunca, como por ejemplo a un proceso gripal o simplemente a caerse.
Junto a las enfermedades, aparecen las preocupaciones relativas a la muerte. Los amigos mueren; los familiares también. La esposa muere. Es inevitable que también a uno le toque su turno. Al enfrentarnos a toda esta situación, parece que todos debemos sentirnos desesperanzados.
Como respuesta a esta desesperanza, algunos mayores se empiezan a preocupar con el pasado. Después de todo, allí las cosas eran mejores. Algunos se preocupan por sus fallos; esas malas decisiones que se tomaron y se quejan de que no tienen ni el tiempo ni la energía para revertirlas (muy diferente a estadios anteriores). Vemos entonces que algunos ancianos se deprimen, se vuelven resentidos, paranoides, hipocondríacos o desarrollan patrones comporta mentales de senilidad con o sin explicación biológica.
La integridad yoica según Bordagon (2005), significa llegar al final de tu vida, y por tanto, llegar a los términos del final de tu vida. Si somos capaces de mirar atrás y aceptar el curso de los eventos pasados, las decisiones tomadas; tu vida tal y como la viviste, como necesariamente así, entonces no necesitarás temerle a la muerte. Aunque la mayoría de ustedes no se encuentran en este punto de la vida, quizás podríamos identificarnos un poco si empezamos a cuestionarnos nuestra vida hasta el momento. Todos hemos cometido errores, alguno de ellos bastante graves; si bien no seríamos lo que somos si no los hubiéramos cometidos. Si hemos sido muy afortunados, o si hemos jugado a la vida de forma segura y con pocos errores, nuestra vida no habría sido tan rica como lo es.
La tendencia mal adaptativa del estadio 8 es llamada presunción. Esto ocurre cuando la persona “presume” de una integridad yoica sin afrontar de hecho las dificultades de la senectud. Y la tendencia maligna es la llamada desdén, se define como un desacato a la vida, tanto propia como la de los demás Erikson (1998).
La persona que afronta la muerte sin miedo tiene la virtud que llama sabiduría. Considera que este es un regalo para los hijos, dado que “los niños sanos no temerán a la vida si sus mayores tienen la suficiente integridad para no temer a la muerte”. El autor sugiere que una persona debe sentirse verdaderamente agraciada de ser sabia, entendiendo lo de “agraciada” en su sentido más amplio: me he encontrado con personas muy poco agraciadas que me han enseñado grandes cosas, no por sus palabras sabias, sino por su simple y gentil acercamiento a la vida y a la muerte; por su “generosidad de espíritu” Erikson (1998).
3. Recomendaciones de Autocuidado

Ahora, una vez retomados los cambios que enfrenta el adulto mayor, es trascendente proporcionarle algunas sugerencias de autocuidado para lograr su autonomía y mejorar así su calidad de vida en la mediada de las posibilidades
Y ¿qué es el autocuidado? Es lo que cada persona hace por sí misma y lo que hacen otras personas por ella para ayudarle a mantener o mejorar la salud. Comprende aquellas acciones de la vida diaria como bañarse, lavarse los dientes, alimentarse, descansar, pasear y otras que se realizan en caso de enfermedad como tomarse las medicinas (Martínez, 2006).

3.1. Recomendaciones de Autocuidado ante las Alteraciones Biológicas y Físicas

He aquí algunas recomendaciones: PIEL: Bañarse diario, tomar abundante líquido, usar protector de sol, sombreros, sombrilla, abrigarse bien en caso de frío y usar ropa fresca en clima cálido, ingerir alimentos como frutas y verduras, consultar al médico sobre alteraciones en la piel como lunares, verrugas, úlceras, granos, secar bien la piel después del baño para evitar hongos.
OJOS: Mantener los lugares bien iluminados, usar lentes orientados por el médico, no llevar las manos sucias a los ojos, consultar al médico sobre cualquier tipo de alteración en la visión, no limpiar los ojos con pañuelos sucios, examinar los ojos con regularidad es la mejor forma de protegerse.
OIDO: El aseo diario, no introducir objetos como trabas y palillos, visitar al médico en caso de alguna alteración.
CAVIDAD ORAL: Realizar la higiene con un cepillo suave para evitar lastimarse, lavar dientes y lengua para barrer una serie de restos de alimentos, usar hilo dental en vez de palillos, consultar al dentista 1 vez al año para revisión utilizar enjuagues bucales tres veces al día, mantener limpia la prótesis (si la tiene), acudir al dentista para ajustar la prótesis en caso de molestias, retirarse la prótesis diariamente de 15 a 30 minutos, dormir con ella si está bien ajustada, de lo contrario debe ser retirada por las noches y dejadas en agua con unas gotas de cloro.
NARIZ: Vivir en un ambiente bien ventilado que permita la circulación del aire, no introducir objetos extraños en la nariz, utilizar pañuelos limpios o desechables.
SISTEMA DIGESTIVO: Masticar lentamente los alimentos, no hablar con la boca llena por que corre el riesgo de ahogarse, no ingerir alimentos pesados en horas de la
Noche, consumir alimentos ricos en fibra como frutas, verduras y cereales que favorecen la eliminación fecal.
SISTEMA MUSCULOESQUELÉTICO: Realizar ejercicios bajo orientación médica, mantener siempre una buena posición del cuerpo, caminar lo más recto posible, enderezar el cuerpo, evitar doblar el cuerpo.
PERSONAS CON DIABETES: Realizar algún tipo de ejercicio físico como caminar, comer adecuadamente (verduras, frutas), evitar dulces, pastelería y gaseosas, tomar los medicamentos recetados por el
Médico, evitar tomar bebidas alcohólicas y el consumo del cigarro, cuidar la piel con lociones hidratantes, tratar con el médico las cortadas y mallugaduras, controlar el nivel de azúcar con chequeos regulares, inspeccionar sus pies todos los días e informar inmediatamente al médico en caso de tener algún enrojecimiento, área caliente, herida o ampolla; reducir el estrés.
HIPERTENSIÓN ARTERIAL: Adoptar una dieta adecuada, disminuir el consumo de sal, reducir de peso si es elevado, evitar el consumo de bebidas alcohólicas y tabaco, practicar regularmente ejercicios físicos, eliminar alimentos grasosos, enlatados, ahumados o embutidos y tomar el medicamento indicado por el médico.
PRÓSTATA: Adoptar la costumbre de consultar por lo menos una vez al año a un urólogo y que éste proceda a un tacto rectal a fin de valorar la superficie y volumen de la próstata para detectar oportunamente cualquier cambio significativo. Evite el estreñimiento, ya que favorece la absorción en el intestino de toxinas que lesionan la próstata. Practique alguna actividad física para aumentar el riego sanguíneo en la región genital, evite el sedentarismo o estar mucho tiempo sentado.
CÁNCER DE SENO: Las mejores formas de protección que usted y su Doctor pueden realizar para detectar el cáncer del seno temprano es el autoexamen de seno que algunas mujeres se lo hacen de forma mensual para buscar cualquier cambio en sus senos, debe hacerse todos los meses, escoja un día, como el primer día de cada mes.
CÁNCER CERVICOUTERINO: Hacerse la prueba del Papanicolau una vez al año. Es una prueba muy sencilla y rápida que se puede hacer en el consultorio del médico y dura solo unos minutos. Esta prueba permite detectar si hay células anormales en el cuello uterino.
OSTEOPOROSIS: Ingestión del calcio para fortalecer el hueso, una buena nutrición con alimentos como leche, queso, mantequilla, frijoles, espinacas y sardinas, realizar ejercicio físico constante, eliminar tabaquismo, alcoholismo y café.
PREVENCIÓN DE CAÍDAS: Las caídas que sufre el adulto mayor muchas veces son a causa de: Mal uso de bastones, muletas o sillas de rueda, la pérdida del control del equilibrio (mareos), trastornos de la marcha, disminución de la visión, alcoholismo, arrastre de los pies en lugar de levantarlos adecuadamente, frecuencia urinaria (cuando el adulto mayor intenta llegar deprisa al baño), suelos resbaladizos, juguetes en el suelo, alfombras arrugadas, cables eléctricos sueltos, escaleras mal iluminadas o sin barandas, agua derramada, enfermedades como epilepsia, parkinson, pérdida de memoria, uso de sedantes, calzado flojo, vestidos y camisones largos.
RECOMENDACIÓN: Evitar agacharse en exceso, es recomendable el uso de los utensilios al alcance de la mano, mantener limpios los lentes, controlarse una vez al año por un oftalmólogo, utilizar zapatos cómodos, instalar barandas de apoyo en los baños y gradas, retirar objetos aglomerados, no mirar directamente luces brillantes como la de los carros.
De forma general de acuerdo con Martínez (2006), para combatir algunos efectos físicos del proceso de envejecimiento por la edad es recomendable primordialmente el ejercicio, pues es una de las cosas más saludables que se pueden realizar. Las personas mayores lo pueden llevar a cabo de manera sana y sin riesgos, sin tener que afrontar mayores gastos, ya que no es necesario hacer ejercicio en un lugar público o usar equipos caros.
Como alternativa tienen los ejercicios moderados y vigorosos. Los ejercicios moderados son: natación, andar en bicicleta, jardinería, caminar ligero, limpiar el piso, bailar. Y entre los ejercicios vigorosos se encuentran: subir escaleras, caminatas enérgicas, trotar, béisbol, etc.
De esta forma los principales beneficios que pueden esperar del ejercicio físico es protegerse tanto el hombre como la mujer de la osteoporosis, evitar la obesidad, mejorar la circulación sanguínea, el equilibrio, digestión, funcionamiento renal, mejora la resistencia o la fuerza, aumenta la eliminación de colesterol disminuyendo el riesgo de hipertensión y el peligro de infarto, mejora la oxigenación cerebral reforzando la memoria y el pensamiento y en general contribuye a tener una visión más positiva de la vida (Martínez, 2006).
Otra sugerencia aparte del ejercicio físico es una buena dieta, evitar el cigarrillo y el alcohol, para ampliar la parte activa de su vida y que sean más resistentes a enfermedades crónicas, que pueden llegar a ser fatales durante esta edad.
3.2. Recomendaciones de Autocuidado para los Procesos Cognitivos
Para mantener estable los procesos cognitivos lo más posible, según la plasticidad del cerebro, existe la posibilidad de que un persona pueda compensar posibles pérdidas para optimizar su desarrollo, mantener ciertas habilidades o reducir el declive.
Así Izquierdo (2005), propone algunos recursos para la mejora de la memoria durante la vejez como: estar muy motivado; jugar a recordar en forma deliberada: ¡recordar por recordar!; prestar mucha atención; repetir, repetir y repetir; dedicar mucho tiempo al aprendizaje y la memoria; organizar mentalmente la información a recordar; buscar y establecer asociaciones entre la información que se quiere recordar y otros eventos cotidianos; crear imágenes mentales de lo que se quiere recordar; utilizar ayudas externas como agendas, libretas, etc., mantener la actividad mental jugando a resolver crucigramas, ajedrez, domino, cartas, la idea es que el cerebro este trabajando.
Finalmente sobre el aspecto emocional, de personalidad y social es recomendable que primero se inicie por reconocer y aceptar la etapa que se esta viviendo, aceptar la vida actual y pasada sin lamentos y vivir el presente lo mejor posible, valorar a la humanidad en general y orientar a los que rodean con la sabiduría que lo caracteriza, comunicar a sus seres queridos lo que necesita para lograr su autonomía, establecer los límites necesarios entre aquello que favorecerá el logro de su objetivo y lo que lo pueda impedir o incluso agravar su salud mental, física y emocional; esto permitirá en el anciano una plena realización.

3.3. Recomendaciones para afrontar los cambios sociales y de la personalidad.
Los cambios sociales están íntimamente relacionados con los efectos en el ámbito emocional y personal. Por lo tanto la primera recomendación es aceptar y asimilar las etapas de la vida en especial esta que socialmente esta etiquetada como algo negativo. Todos los cambios sociales, físicos y cognitivos afectan al anciano en el plano emocional y en su personalidad. Para ello Bordagon (2005) nos habla de la integridad yoica, que significa llegar al final de tu vida de manera satisfactoria. Si somos capaces de mirar atrás y aceptar el curso de los eventos pasados, las decisiones tomadas; tu vida tal y como la viviste, como necesariamente así, entonces no necesitarás temerle a la muerte. Aunque la mayoría de ustedes no se encuentran en este punto de la vida, quizás podríamos identificarnos un poco si empezamos a cuestionarnos nuestra vida hasta el momento. Todos hemos cometido errores, alguno de ellos bastante graves; si bien no seríamos lo que somos si no los hubiéramos cometidos. Si hemos sido muy afortunados, o si hemos jugado a la vida de forma segura y con pocos errores, nuestra vida no habría sido tan rica como lo es.
La persona que afronta la muerte sin miedo tiene la virtud que llama sabiduría. Considera que este es un regalo para los hijos, dado que “los niños sanos no temerán a la vida si sus mayores tienen la suficiente integridad para no temer a la muerte”. El autor sugiere que una persona debe sentirse verdaderamente agraciada de ser sabia, entendiendo lo de “agraciada” en su sentido más amplio: me he encontrado con personas muy poco agraciadas que me han enseñado grandes cosas, no por sus palabras sabias, sino por su simple y gentil acercamiento a la vida y a la muerte; por su “generosidad de espíritu” Erikson (1998).
Por lo tanto, la principal recomendación es la aceptación, el perdón si es necesario ya que no se puede cambiar el pasado, la historia de vida ya está trazada, lo que queda es aprender a vivir el presente.



4. Conclusiones:

Con todo lo antes mencionado nos lleva a comprender el descenso de nuestro organismo y la conclusión de la vida de un ser humano, así como también de darnos cuenta de que una persona pasa todas las etapas antes de llegar a la final que viene siendo la etapa de la senectud o vejez que abarca de los 60 y 65 años de edad hasta el descenso.
Debemos de tener muy en cuenta que todas las etapas no son exactas, es decir que no existe una edad específica para llegar a estas.
A pesar de que Erikson propuso estadios y especifica algunas edades, no quiere decir que la persona cumpla con cada una de estas, pero si tienen que pasar por cada una.
Entre los cambios cognitivos que existen, es importante llevar un buen control ya que el declive de nuestro organismo ocasiona enfermedades, físicas, biológicas y cognitivas, un ejemplo es la perdida repentina de reconocimiento de personas, ya que los adultos en esta etapa tienen menos retención de datos que un joven. Debemos tener en cuenta que esta y todas las demás etapas se deben superar y aceptar lo mejor posible y que es un ciclo de la vida y todo ser humano pasa tarde o temprano.
Las alteraciones de la personalidad dependen mucho de cómo la persona haya pasado todas las etapas anteriores ya que de ellas depende el cómo se acepta la de la vejez
Algunas recomendaciones son:
El principal aspecto del autocuidado físico es el ejercita miento del cuerpo siempre y cuando no se abuse y sea muy riesgoso,
En el aspecto cognitivo es más especializado ya que está más relacionado con el sistema nervioso central y debemos de tenerle un poco más de cuidado para que este no se afecte con el paso del tiempo, de lo contrario puede afectarnos.

Y para finalizar en el aspecto emocional y de personalidad las alteraciones físicas, biológicas y cognitivas repercuten en el adulto mayor.

El auto cuidado es parte importante que todo ser humano debe tener en cuenta, ya que de él depende como llegamos a nuestra etapa final.es por tal motivo que debemos de cuidarnos lo mejor posible.


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